Como hoy no lavo los platos ni limpio el baño...

Desde buena hasta tierna, te puede pasar de todo. Más si sos boluda en el medio. Les voy a escribir de mi vida y de mis epifanías literarias. Nada tiene sentido

lunes, 29 de octubre de 2012

La caja se mueve

Salivación exaltada / La caja se mueve / Se arrastra y te traga / El globo ocular suda / De la imagen exótica / De percibir el claroscuro / De tu boca / De ver el suspiro / De tus manos / Cuando bailan la melodía / De tus palabras / Cuando me hablas / A mí, a la caja / Y siento que puedo moverme / Moverme / Y verme moviéndome / Ya no caja, ya no seis caras / Ya sólo un plano frente a tu cara.

domingo, 28 de octubre de 2012

Queridos lectores

Sentirse expuesta para mí no es una buena opción. Desde niña sufrí cuando debía ser el centro de atención, no tanto porque no lo quisiera sino porque nunca supe cómo manejarlo. No quise tener una fiesta por mi cumpleaños de 15 ya que quería pasar desapercibida, nunca me gustó ir a ningún acto patriótico ya que odié siempre portar la bandera y ni que decir que me sacaran fotos, y hoy en día no puedo hablar o decir un chiste frente a más de cinco personas que el volumen de mi voz disminuye a un 5%. ¿Pero qué pasa con la escritura? Inexplicablemente, algo mágico sucede... A veces los chicos, digo los alumnos, no pueden o no quieren entender la importancia de la Lengua y la Literatura. Ellos viven el aquí y el ahora de la materialidad y de lo fugaz, deben expresarse socialmente por medio de espontáneas acciones... parecería que no toleraran la espectacularidad de la escritura, o tal vez nunca llegaron a conocerla. ¿Nunca te sentiste raro, apático, desinteresado, incomprendido? ¿Creíste que no había salida? HE AQUÍ LA SOLUCIÓN A TUS MALES!!! (No, no tenés que rezarle a nadie). La escritura. Que conlleva a la lectura. Y la reflexión , y un montón más de cosas que probablemente no probaste porque estabas ocupado yendo a pilates, a terapia grupal con canes, e incluso probaste el feng shui que te recomendó tu tía esotérica. La escritura, oh dios si existes, QUÉ placer tan precioso. Realmente siento que cada vez que escribo mi personalidad se completa y se fusionan dos almas completamente diferentes, y algo estalla dentro de mí, y a la misma vez florece y evoluciona y todo junto como si pudiese pasar todo al mismo tiempo sin respetar ninguna ley física. Si hay catarsis, es la mejor, si hay confesiones, es más grande que la que nos haga el mismo Benedicto (e incluso más pura)si hay verdades es la cumbre de ella, la pureza del ser se transmite en la escritura. Sé que hay diferentes expresiones como la música, la pintura... pero en mi escala la excelencia está en la escritura: el control, el humor y el sarcasmo, el llanto la desgracia y el placer. Todo junto, y todo nos transmite a otra realidad, que puede ser la misma en la que estamos pero que no percibimos, o si no existe una realidad, es el aquí y el ahora eternos. Por esto, los invito a degustar por ustedes mismos la escritura, sólo deben sentarse con un lápiz en mano, papel, y aunque sea una leve necesidad de expresarse con la cual todos siempre lidiamos.

martes, 23 de octubre de 2012

La caja

La caja, está vacía. Realmente no importa cuántas veces la llenemos con música, al final no puede dejarse ver bailar fuera de las cuatro paredes de cartón que la someten. En la caja retumba el eco de las manías. No puede superar el hecho de que está hecha de cartón, y quiere que la vean de marfil reluciente, de perlado oriente. La caja se mueve, insulsa, por la vida. Es el escudo que no permite el choque de las almas, que no permite a las hebras de oro llenarla de calma, que no deja copular los espíritus y que reprime el sabor indiscutido de la vida. Todo por ser una caja, de cartón coarrugado que con el tiempo se desgasta. Que con los años se tiñe más oscura y deja lugar al verde, el verde de Federico. Que deja, sólo en el último instante en el que sopla la solapa, escapar un melodía que enlaza la eternidad con el resto de las almas.

lunes, 15 de octubre de 2012

Ha pasado un largo tiempo. Se ha creado un gran bache en mi año, dejando cosas atrás y esperando que no me superen aquellas que veo venir por delante. A veces amanezco deseando que termine el día y termino el día deseando que amanezca. Lo que mejor podría caracterizar a este período es la palabra sequía. Sequía emocional, espiritual, sequía imaginativa también. Siento, que en realidad no sé si siento sino que interpreto mis latidos de esta manera, que hay una extensión de mi cuerpo que está soportando toda la pesadez de la rutina. Y yo sólo me dedico a transitar la sequía. Algo que podría interpretarse más fácil en esto sería considerarme como un prototipo tecnológico, sin sentimientos, más allá de que en realidad éstos existan pero estén excluidos y sólo salgan en forma de actitudes agresivas hacia mi entorno. Esto me genera más sequía, porque aquel que no sabe lo que es la aridez del alma no puede comprenderla tan fácilmente. La aridez duele, por más que no sea un síntoma físico de algo, de la soledad y muerte del ser, del desamor y el engaño, del exintencialismo. Se siente como un ardor que sube por el estómago a los pulmones y se queda atascado en el pecho, que está vacío, y allí retumba por días, meses, años... en un eco encendido, un eco vomitivo como parásito que se adapta al cuerpo y nos convierte en imágenes de lo que esperábamos ser, en la sombra del amor que añorábamos, en la espera del tren que nunca tomamos. La aridez y el eco no son lo peor de todo. Cuando podemos reconocerlo, el dolor más aguda se genera en la reconciliación de la soledad y el ser. Ahí el dolor se hace huésped y genera anticuerpos, desde allí, nunca más nos permitirá cambiar, ni avanzar, ni siquiera retroceder... estancados como agua de charco, mirando el cielo, y esperando en la nada a que una estrella caiga y nos destruya.