Como hoy no lavo los platos ni limpio el baño...
Desde buena hasta tierna, te puede pasar de todo. Más si sos boluda en el medio. Les voy a escribir de mi vida y de mis epifanías literarias. Nada tiene sentido
domingo, 10 de noviembre de 2013
Las dos
Hay dos semanas de mi vida en que no sabía para qué me habían procreado. A raíz de eso comenzó a preocuparme precozmente la relación inconexa que existe entre los sentimientos y lo material. O sea, me desconecté de mi cuerpo y me alejé de donde siempre estuve. Ya no era yo la completa en mente y cuerpo, sino que era una versión fragmentada de una persona que ahora son dos personas que no saben cómo estar paradas un minuto y medio sin tener un motivo para desaparecer. Me pesaba todo y no había nada ahí que pudiese tocar porque era puro sentimiento. Sentía mucho pero sólo percibía las formas y las texturas porque era pura carne. Los cortes me hicieron separar y al mismo tiempo unir a esas dos personas. Discriminé tanto lo físico de lo emocional que sentí una despersonalización transitoria... y era saludable, en ese momento me hizo bien: si unía a las dos Milis, las dos macabras y heridas Milis, probablemente me hubiese comido a mí misma por la depresión.
Por suerte ya pasó. Ya no llego a despersonalizarme o como quiera que se diga, porque ya se me acabaron los sentimientos básicamente. Ahora está todo frío. Y cuando alguien hiere lo emocional, le respondo con lo físico, porque a mí me duele menos. Y porque no me importa básicamente lo que le pase al resto.
Sospecho que una Mili desapareció.
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