Como hoy no lavo los platos ni limpio el baño...

Desde buena hasta tierna, te puede pasar de todo. Más si sos boluda en el medio. Les voy a escribir de mi vida y de mis epifanías literarias. Nada tiene sentido

domingo, 1 de junio de 2014

Cosas que aprendí a hacer para transitar la ansiedad -Parte I

La historia de mi vida, la medida de mi tiempo y la maquinación de mi cerebro, todas, se relegan a la ansiedad. Yo la siento todo el tiempo, no sé ustedes (nunca pregunté ni recolecté datos de si esto es normal o no) pero para mi es un estado permanente de mi ánimo. Hay días buenos y malos, obvio, como con todo, y los buenos desde ya son los mejores y los malos... los malos aprendí a transitarlos.
¿Pero es mala la ansiedad? Bueno, no es tan mala como el vino picado o la resaca de licor de huevo, bah, para mi ni siquiera es mala. Es una amiga ya, aprendí a tratarla con amor y a respetarla cuando aparece como loca a la mañana o cuando antes de una cita me sobran 30 minutos. La ansiedad me enseñó muchísimas cosas, entre ellas muchos hobbies que desconocía porque bueno, soy tan ansiosa que generalmente no llego a concretarlos:

- La pastelería: batir huevos a punto nieve a mano te saca el alma y te transforma en fisicoculturista sólo de brazo derecho.
- La lectura: aprendí a no leer la última página de cada libro que empiezo. Después de autocagarme el final de varios.
- La pintura de cajas: tengo 3456789 cajitas de madera anidando bichos, que nunca terminé de pintar pero algún día tendré que tirar a la basura.
- Tejido de pulseras: pasé horas, cantidad ilimitada de horas en una semana, mirando series y haciendo pulseras para toda mi familia y kiosqueros y barrenderos y animales.
- Lectura de cuentos infantiles: cambio de voces, canto, hago gestos, asusto. Termina y lo quiero leer de nuevo a pesar de que suelo generar terror en las caras de mis alumnos.
- Deporte: me obsesiono y termino lesionada, no hay caso.
- Manicuría: me mordí las uñas, los dedos, las cutículas. A falta de quitaesmalte me sacaba la pintura con los dientes.
- Conducción vehicular / karaoke urbano: Si me cruzan no se asusten. Y ya sé que no canto bien, pero es mi auto, aguanten.
- La docencia: quiero dar 2345678 contenidos y termino reduciendo absolutamente todo.
- Aprendí también, después de un par de relaciones, que no hay que apurar a nada ni a nadie si no querés quedar destrozada contra la cama por varios días. Y si te puede chupar un huevo todo, siempre es mejor.
- Aprendí también que siempre es mejor ir a comerte un churro afuera de la panadería antes que putear a alguien porque hizo algo mal. Aprendí también que es mejor comer una masita de agua o tomar mate por cada churro que necesite, cosa de evitar la obseidad mórbida.

Moraleja: la desconozco todavía, ya que mi historia con la ansiedad no terminará nunca, pero sé que si le tocás la cola con cariño, seguro que va a ser más gauchita.

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