Perdonen, pero estoy tan ansiosa que tengo que escribir la
segunda parte de este post. Estoy tan ansiosa que me gustaría que me regalasen
siete rosarios enredados para desanudar. Estoy tan ansiosa que quisiera que me
tomen un examen para el cual estudié de más y tener una hora y media para
quedarme colgada mirando el techo y recién escribir 5 hojas en los últimos 10
minutos. Tengo tanta ansiedad que me trenzaría toda la cabeza mirando capítulos
de alguna serie. Estoy tan ansiosa que te limpiaría toda la casa si me invitás
ahora a tomar mates. La ansiedad es tan alta que podría hablar dos horas
ininterrumpidas sobre lo que quieras aunque no sepa nada al respecto. Estoy tan
ansiosa que hablaría sola y me respondería a mí misma todo lo que no sé. Tengo
tan alta ansiedad que estoy planificando cómo conseguir algo que todavía no
existe. Que quiero planificarme todo el año próximo y hasta qué tipo de ropa
tendría que usar el resto del mes. ¿Saben qué hacen las ansiosas en clase?
Preguntas idiotas, relaciones inconexas, datos curiosos que no van al tema,
observaciones desubicadas, van a buscar agua para el mate, lo ceban y lo
limpian y te hacen cualquier favor que quieras siempre. ¿Saben qué hacen las ansiosas si las invitan
a cenar? Comen rápido y rompen servilletas de papel, toman rápido y
probablemente se den cuenta de que están ebrias un poco tarde. ¿Saben qué hacen
las ansiosas cuando escriben? No planifican, no corrigen, no releen, las manos
se mueven siempre solas. ¿SERÁ LA ANSIEDAD LA QUE ESCRIBE O YO?
No hay comentarios:
Publicar un comentario